Tótems

Photo by JA / Shanghai, China / 2020

Hay pequeños detalles cotidianos que pasan casi desapercibidos pero son más importantes de lo que creemos. Tejen a nuestro alrededor retales de realidad y certidumbre que nos ayudan a encontrar el camino cuando la niebla se vuelve demasiado espesa. Están ahí, actuando como faros en la noche y orientándonos cuando las cosas se ponen feas. Las señoras que hacen Tai Chi por las mañanas en la pista de tenis no lo saben, pero son uno de mis Tótems. Conozco y observo con sumo cuidado cada fragmento de su puesta en escena para asegurarme de que estoy viviendo mi propia realidad. Para saber que todo está en su sitio.

Todos tenemos nuestros propios Tótems particulares repartidos de forma estratégica a lo largo y ancho de nuestras rutinas, como balizas que definen la dirección correcta y nos susurran al oído sin hablarnos: 'Tranquilo. Estamos justo donde tenemos que estar. Todo va a salir bien'. 

Durante varias semanas, las señoras que hacen Tai Chi por las mañanas en la pista de tenis se esfumaron como se esfumó todo lo demás. Y con ellas también desapareció la realidad. Parecía imposible pero poco a poco han ido regresando una tras y otra y ahí están de nuevo, poniendo en marcha los engranajes que dejaron de funcionar cuando el mundo entero quedó suspendido en el aire y lo único que podíamos hacer era contener la respiración.

Las señoras que hacen Tai Chi por las mañanas en la pista de tenis no lo saben, pero tenerlas de vuelta es una señal que indica que la realidad está recuperando el control del territorio que le fue usurpado. Vuestros Tótems también regresarán pronto a los lugares que les pertenecen. Retomarán posiciones. Defenderán el camino. Y volveremos a respirar sin miedo.

Tranquilos. Estarán justo donde tienen que estar. Todo va a salir bien.