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17 mar 2022

La Leyenda de los Nueve Dragones

Photo by JA / Shanghai, China / 2022
Photo by JA / Shanghai, China / 2022
 
"Fairy tales are more than true. Not because they tell us that Dragons exist. 
But because they tell us that Dragons can be beaten" 
- Neil Gaiman

Cuenta la leyenda que en el subsuelo de Shanghai yace un Guardián dormido. 

Y según un popular mito urbano, a mediados de los años noventa ocurrió algo que estuvo a punto de despertar a la Criatura.

La Yan'an es una de las principales arterias de Shanghai. Atraviesa la ciudad de este a oeste pasando por su centro y fue formada originalmente en 1945, cuando se juntaron las tres secciones de las antiguas calles Avenue Edward VII, Avenue Foch y Great Western Road. En 1950, tras la formación de la República Popular China, fue rebautizada con su nombre actual por el PCCh en honor a Yan'an, la base comunista durante la Guerra Civil situada en la provincia de Shaanxi.

A mediados de los noventa se elevaron 15 kilómetros de su trazado, concretamente el tramo comprendido desde el aeropuerto de Hongqiao hasta el Bund, con el objetivo de mejorar la comunicación y el acceso rodado a la ciudad. La Yan'an pasó así a convertirse en una gaojiá, que es como se llama en China a las autovías elevadas. La obra para levantar esta infraestructura fue faraónica y se desarrolló en un tiempo récord entre los años 1995 y 1997.

Durante su construcción, la empresa constructora se encontró con un serio contratiempo en el nodo formado por el cruce entre la Yan'an con otra importante gaojiá llamada Chongqing Lu y conocida hoy popularmente como la Norte-Sur. El terreno en ese punto se comportaba como un duro armazón impenetrable y las pilotadoras no podían perforarlo para cimentar los pilares de la autovía. 
 
Los ingenieros estaban perplejos. Lo que ocurría era del todo inexplicable. Shanghai se asienta en la desembocadura del río Yangtze, por lo que cuenta con un nivel freático superficial y un terreno intrínsecamente blando formado por una gruesa capa de más de 300 metros de arcillas y limo. Debido a su profundidad no hay posibilidad de excavar hasta el lecho de roca, así que tanto edificios como infraestructuras disponen de sistemas de cimentación profunda mediante pilotaje, que trabajan fundamentalmente a fricción.

Pero
en este punto del trazado el terreno se comportaba como una coraza infranqueable y resultaba imposible cimentar.

Esta inesperada situación obligó a parar la obra.

Recalcularon el sistema estructural, pero resultó inviable. Valoraron la modificación del trazado de la autovía, pero debido al elevado coste de la operación y a la compleja planificación de un cambio de esas características, fue igualmente imposible llevarlo a cabo. Centenares de ingenieros civiles y consultores locales e internacionales fueron llamados a estudiar el problema y ninguno llegó a encontrar una solución. Cuando se agotaron las vías técnicas, las autoridades comenzaron a perder la fe en la ciencia y llegaron a la conclusión de que lo que allí ocurría no podía ser explicado mediante leyes físicas, por lo que invitaron a un comité de expertos en Fengshui. Ninguno logró encontrar una explicación ni propuso soluciones factibles.

Se les acababan las opciones. El tiempo jugaba en su contra.

Quemando los últimos cartuchos, dos oficiales del gobierno local designados por el alcalde decidieron llamar a un monje budista. Unos dicen que provenía del Templo del Buddha de Jade, otros dicen que del Templo de Longhua. El monje observó cuidadosamente la zona, llevó a cabo una ceremonia religiosa y concluyó que bajo aquel lugar descansaba un Dragón Protector. Un Guardián cuyo objetivo era velar por la seguridad de la ciudad y sus habitantes por toda la eternidad. Las labores de perforación y construcción estaban perturbando su descanso. Tras bendecir el sitio, indicó el punto exacto donde debería levantarse el pilar central que sujetaría el complejo entramado de puentes que conformaban el nodo. 

Este pilar debería ser recubierto con nueve Dragones de oro abrazándolo a lo largo de su fuste, subiendo en espiral desde la base hasta el punto más alto. No solo como símbolo de respeto a la criatura, sino también con el objetivo de reforzar y proteger la columna, garantizando su estabilidad y durabilidad.

Así lo hicieron.

Hay diversas teorías e interpretaciones sobre el hecho de que fueran concretamente Nueve Dragones.

En la mitología china los Dragones son unas de las criaturas más importantes. Existen nueve tipologías: Tianlong es el Dragón Celestial, que puede volar y reside en el cielo protegiendo a los Dioses de caer a la Tierra. Shenlong son los Dragones Espirituales, se dice que son de color azul y rigen la lluvia y los vientos. Fucanglong representa los Dragones de los Tesoros Ocultos. Dilong o Dragones del Inframundo, que dominan los ríos y solo vuelan para aparearse. Yinglong, los Dragones Alados. Qiulong, los Dragones Astados, unos de los más poderosos. Panlong o Dragones Enroscados, que habitan las aguas. Huanglong, cuya traducción literal es Dragón Amarillo, que emergió del río Luo para enseñar a Fuxi, primero de los tres soberanos de la Antigua China, los elementos de la escritura. Y por último el poderoso Long Wang o Rey Dragón, que puede adquirir apariencia humana, controla el clima y reina sobre los mares de los cuatro puntos cardinales.
 
En la cultura china los Dragones están compuestos por nueve entidades que provienen de otros animales: ojos de langosta, cuernos de ciervo, morro de camello, nariz de perro, bigotes de bagre, melena de león, cola de serpiente, escamas de pez y garras de águila. 

Otra posible interpretación de la Leyenda de los Nueve está relacionada con el significado y la importancia de los números en China. Por ejemplo, el número cuatro (4) [sí] se pronuncia muy parecido a la palabra muerte [sǐ] por lo que es un número vinculado con malos presagios, hasta el punto de que muchos edificios de este país no disponen de niveles 4, 14 y otros pisos acabados en ese fatal número. Por el contrario el número nueve (9) [jiǔ] se considera afortunado en China ya que se pronuncia igual que el caracter temporal que indica 'larga duración' [jiǔ] por lo que algunos cuentan que podría haber sido una forma de garantizar la estabilidad y perpetuidad de la estructura.

Sea como fuere, el caso es que aquel poco ortodoxo sistema funcionó. Finalmente el Dragón permitió a los hombres perforar junto a su lugar de descanso eterno, la obra de la gaojiá pudo completarse a tiempo y la Yan'an es hoy una de las vías rodadas más transitadas de Shanghai.

El monje falleció poco después, dicen que como castigo por revelar los secretos de la ubicación de la guarida del Dragón.

El Drágón Protector continúa velando y salvaguardando la ciudad de Shanghai.

Durmiendo bajo tierra. Junto a sus cimientos.

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