About Multido

22 feb 2008

ARCO

El arte es que un músico de jazz nos tumbe de espaldas al tocar una pieza. Es cruzar esa fina línea que hace que algo te mueva por dentro hasta lugares que no conocías. Es ser capaz de hacer temblar de emoción. Eso es el arte para nosotros y la mayor parte de las veces no se encuentra ni en un lienzo, ni en una escultura, ni en una performance, ni en una instalación, ni en nada por el estilo.

La semana pasada tuvo lugar ARCO 2008. Y como es habitual en esta feria no vimos nada que podamos asociar con el arte. Una vez más, la feria no defraudó en su mediocridad. Supongo que los mercaderes harían su agosto. Ellos siempre ganan. Por eso están allí.

Es difícil opinar acerca de esta feria ya que al final uno va con una actitud similar a la que tiene cuando acude a visitar un museo o una exposición y se encuentra con un 'almacén de productos' cuya finalidad real no es su exhibición sino su consumo. Como un mercadillo, solo que el kilo sale muy caro. Es complicado valorar artísticamente lo que allí se expone ya que su carácter puramente mercantil empaña la posibilidad de poder emitir un juicio en el que deben entrar en juego los sentimientos o la emoción. Lo más destacable fue la sala VIP. Un lugar ajeno al resto de la feria y muy bien planteado. 

Un pequeño oasis dentro del desierto.

Pero qué demonios sabremos nosotros. Quizá estemos equivocados o quizá ni siquiera sea cuestión de estar acertado o no, sino que simplemente se trata de un acto de elección personal acerca de dónde pongo yo el límite de mis emociones. Lo que sí sabemos es que no nos fiamos demasiado de los mercaderes, y ARCO es un lugar creado por mercaderes destinado única y exclusivamente a servir a sus propios bolsillos.

Por estas fechas, siempre tenemos un recuerdo del stand que llevamos a cabo en ARCO en el año 2003 y que tantos sudores nos costó. Hoy en día y después del tiempo que ha transcurrido seguimos pensando que, a pesar de ser los más jóvenes e inexpertos de todos los que intervinieron en el proceso de la obra, fuimos (junto con la constructora) los más profesionales. Los únicos profesionales.

Nuestra única motivación fue tratar de hacer las cosas bien. Sin ningún otro oscuro objetivo. Hacer nuestro trabajo lo mejor posible y sacar adelante una ilusión, con nuestros aciertos y nuestros errores. Nos pusieron las cosas muy difíciles y creo que supimos tomar las decisiones acertadas. No hubo ni una sola ayuda por parte de nadie. Ni una sola concesión. No hubo más que problemas, contratiempos y todo tipo de zancadillas. Pero conseguimos levantar el pabellón y aún hoy estamos muy orgullosos del resultado.


No hay comentarios :